sábado, 18 de junio de 2011

Acto de la bandera

Estaban todos mis alumnos de la escuela Ntra.Sra. de Guadalupe de 7mo. grado formados,
sus guardapolvos beige,corbatas,zapatos lustrosos y bien peinados.
Comenzó el acto:entonamos el Himno Nac. Argentino,habló la maestra de 3er.grado refirién-
dose al día convocado,algunos alumnos de varios grados actuaron con poemas,escenifi-
caciones,redacciones.
Cuando le tocó el turno a mi grado a cargo,tenían que entonar la canción A Mi Bandera ,
todos pasaron al frente,con mucha seriedad,como correspondía .Pero a Manuel,se le cayó la
flauta dulce y tropezó con ella,al suelo se fue de cabeza,atrás suyo venía Ariel,tropieza
con su compañero y cae encima de éste,así sucedió con varios más.
Eso no fue todo...la maestra de música estaba viendo ésto tan ensimismada ,que no se dio
cuenta que el disco (sin voces) sonaba muy fuerte,haciendo que toda la escuela se tapara
los oídos y ella no se percataba.
Se perdió la solemnidad del festejo a La Bandera
Cuando todo volvió a la normalidad,mis alumnos pudieron entonar la canción.
Fue un acto distinto,donde todos comprendimos,que fue un hecho paradógico.

miércoles, 1 de junio de 2011

Sigo recordando...

Hoy por la tarde...lloviznaba y me acordé...
Cuando con mi chaqueta celeste y bordado el cuello...
iba ufana para la escuela,a tomar ese día el colectivo,
con el portafolio,botitas,paragüa en mano derecha.
La calle patinosa mostraba los traviesos estragos de lluvia ,de la noche anterior..
Algunas ramas caídas por el viento en las veredas,el río estaba sólo a
cien metros,vivía en Sauce Viejo,a veinticinco kilómetros de
Santa Fe,Capital.
Saltando charcos,no me di cuenta que esa tierra era muy patinosa,
resbalé caí en un gran zanjón...
No tenía tiempo de vover a cambiarme,el próximo ómnibus
pasaba una hora después,llegaría tarde a la escuela.
Tragué saliva,sacudi mis botas llenas de agüa,continué mi camino
hacia la parada.
Tenía treinta minutos de transporte,llegué muy mojada a la escuela...
por suerte en el armario,tenía siempre un calzado por si en algún
momento me pasara,como ese día ,una tragedia similar.
Por supuesto que esta pequeña desgracia,me costó un gran
resfriado...pero faltar ¡no me lo permitía!
Así trabajé siempre con responsabilidad,
tenía que estar muy enferma para no ir a la escuela.
Hoy mientras miraba la lluviecita a través de mi ventana,
me reía de lo que me pasó ese día del año noventa.